Todos lo hacemos. Y si no lo has hecho…, estás tardando. ¿Has buscado tu empresa en Google? ¿Has visto cómo aparece o cómo la ven los demás? Y si no la encuentras… Algo está pasando. Te explicamos 5 motivos que pueden explicarlo.
SEO…, ¿qué SEO?
Seguro que has oído hablar en más de una ocasión sobre el SEO. ¿Pero qué es? Son las siglas de “Search Engine Optimization” en inglés y, en otras palabras, todas las herramientas que puedes aplicar para mejorar tu posicionamiento orgánico en buscadores. Porque para Google, como si estuviéramos en el instituto, lo único importante es saber quién es el más popular. Y, por supuesto, mostrárselo a los demás.
Una popularidad que no llega de un día para otro, no nos engañemos. Tienes una empresa, hiciste una página web nueva (de la que te sientes tan orgulloso como tu bolsillo se resiente) pero…, no apareces como te gustaría. Porque si buscamos por nombre, siempre apareceremos – y seguramente de los primeros. Sin embargo, ¿quieres que te encuentren los que ya te conocen o los que “googlean” los servicios que ofreces?
Pues en lograrlo, necesitas una estrategia SEO. Que empieza por buscar aquellas palabras clave o keywords que mejor definen tu negocio, integrarlas dentro del copy de tu página web y, muy importante, editar esos títulos y meta descripciones con las que apareces en las búsquedas. Eso siempre con una web que tenga una arquitectura adecuada y que visualmente sea atractiva.
Keywords o palabras clave
Hicimos el spoiler sobre este tema la hablamos sobre SEO, porque es uno de los temas que más nos preocupan. Uno de los errores más comunes que cometemos todos (tú, yo y, seguramente, tu competencia también) es pensar en qué ofrecemos y no cómo pueden encontrarnos. Y, lo más importante, diferenciar si son informacionales, cuando quieren alimentar su conocimiento, o transaccionales, enfocadas a una compra en muchas ocasiones inmediatas.
Pongamos un ejemplo. Nos instalamos en una casa nueva, nos llega la TV (sí, la que compraste con una oferta espectacular sin entender muy bien cómo podría ser tan barata) y…, ¡sorpresa! ¿Cómo se configura el wifi? Seguramente lo primero que hagas sea buscar: “configurar wifi en TV” y te salgan un montón de tutoriales que no, no te encajan. Miras a ver si tiene conexión de cable… Y tampoco. Así que probamos con buscar el modelo de TV que has comprado seguido de la palabra wifi para darte cuenta que no tienes una SmartTV. ¿Y ahora cómo puedes ver Netflix? Es muy probable que tu siguiente búsqueda sea “Cómo ver Nextflix en TV” y de ahí no tardes en descubrir que existen un par de opciones: conectar tu ordenador por HDMI o instalar un Chromecast. Nos estamos aproximando. Así que nuestra siguiente búsqueda ya tendrá intención de compra, buscaremos directamente el dispositivo, los nuevos modelos y compraremos precios y opciones de entrega.
Dicho esto, si nos hubiéramos centrado en posicionar únicamente la palabra Chormecast habríamos captado venta final, pero habríamos perdido a todos aquellos potenciales compradores que tenían un problema y desconocían cómo solucionarlo. De ahí la importancia de elegir bien las palabras por las que nos pueden buscar, apostar por aquellas “long tale” que nos pueden ayudar a posicionar más fácilmente y captar aquellos potenciales clientes no solo en el proceso final de compra, sino al informarse sobre su necesidad.
Google Seach Console
No importa que seas de letras o que “hicieras pellas” en las clases de estadística, seas como seas si quieres estar en Google amarás los datos. Tanto como Google, por supuesto. Y para entenderlos, analizarlos y mejorarlos, necesitarás Google Search Console. Esta herramienta “un poco friki” de los SEO, es junto a Google Analytics el ABC del posicionamiento y si no la tienes instalada en tu web, solo te aviso que ya estás tardando.
A través de Google Search Console –aviso a navegantes, es gratuito–, podrás saber cuál es el rendimiento de tu página, el origen del tráfico que recibes, en qué landings recibes un mayor número de visitas, dónde te llegan los links y, lo más importante, en qué posición apareces en Google según qué palabra clave estás buscando. Y eso es solo el principio, porque la información que aporta es de gran valor y te ayudará a medir cómo evoluciona el trabajo que haces.
Si no hablan de ti, no eres nadie
Cuando estaba en la universidad, un profesor de marketing abrió el debate: lo importante es que hablen de ti, sea para bien o para mal. Por supuesto, el gallinero estaba servido. “¿Cómo voy a querer que hablen mal de mí?”, se posicionaban muchos. Y razón no les faltaba… Si una empresa recibe malas valoraciones, nadie querrá comprar porque piensa que lo que le ha ocurrido a otro usuario, le ocurrirá a él. Pero si una página web de gran autoridad nos hace una crítica negativa con un enlace (o varios) a nuestra web con etiqueta “follow”, nos estará haciendo más populares a ojos de Google y nos hará ganar posicionamiento.
Ahí dejamos el dilema, para que cada uno lo analice y pueda sacar sus propias conclusiones. Lo que sí es cierto es que necesitas comunicar hacia el exterior, generar contenido, para que los demás puedan hablar sobre ti. Será la forma de conseguir que más clientes conozcan tu marca y, a través de los backlinks (sean pagados o conseguidos de forma orgánica por el envío de una nota de prensa a medios de comunicación) ganar esa popularidad que nos lleve a las primeras posiciones en buscadores.
No tienes que saber (ni hacer) de todo
Por supuesto, esto no ocurrirá nunca en una multinacional con cientos de empleados, donde es imposible llegar a conocerse… Pero es más habitual de lo que pensamos en una empresa pequeña. Quizá para llevar las redes sociales se lo pidas a tu sobrino, que parece que se entiende bien con esto de las nuevas tecnologías y que está todo el día enganchado a Tik Tok. Pero no tardarás en darte cuenta que el resultado no será el deseado. Lo mismo nos ocurre cuando pensamos: ¿por qué pagar una página web si mi amigo se apaña con la informática y me lo hace con una plantilla? Pero después, no posicionamos.
También ocurre que una sola persona quiere hacerse cargo de todo: hace la página web, lleva las redes sociales y, por supuesto, atiende el negocio. Es imposible llegar a todo. Y ahí es donde entra en juego el trabajo de una agencia especializa en prensa y marketing digital. Podrá asesorarte y guiarte en lo que más necesitas, hacer un plan de trabajo y contrastar resultados. Además, cara a tus clientes al estar respaldado por un equipo (y no una única persona) contarás con muchos más recursos a tu alcance para una imagen mucho más profesional con resultados tangibles e informes mensuales.